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🦄 La clave para ESCALAR sin romperlo todo
Cómo los procedimientos bien diseñados convierten equipos en sistemas que funcionan
Escalar no es contratar más gente. Es ordenar el trabajo
Por qué los procedimientos bien diseñados convierten un equipo en un sistema que funciona
Ayer hablábamos de sistemas.
De simplificar.
De por qué los sistemas que funcionan no nacen complejos, sino que evolucionan desde algo simple que ya hace su trabajo.
Hoy tiene sentido bajar un nivel más.
Salir de la teoría y entrar en la operativa diaria.
Porque cuando una empresa empieza a crecer, el problema casi nunca es la falta de talento.
Tampoco suele ser la falta de ganas.
El problema aparece cuando no existe un A-B-C claro para hacer el trabajo.
Y entonces todo empieza a depender de las personas.

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Cuando todo depende de las personas, el sistema ya está fallando
Esto es incómodo de admitir, pero es real.
En equipos pequeños:
las cosas salen porque alguien se acuerda
porque alguien empuja
porque alguien “sabe cómo se hace”
Mientras sois pocos, funciona.
Cuando creces, se convierte en fricción.
Empiezan los síntomas:
tareas que se hacen distinto según quién las toque
tiempos que varían sin una razón clara
errores que nadie sabe exactamente dónde se producen
revisiones constantes “por si acaso”
No es un problema de actitud.
Es un problema de estructura.
Un equipo sin procedimientos claros no es un equipo ágil.
Es un equipo dependiente de la memoria, la experiencia y la buena voluntad.
Y eso no escala.
Qué es realmente un procedimiento (y qué no)
Aquí hay mucha confusión.
Un procedimiento no es:
un documento eterno
una checklist absurda
una forma de controlar a la gente
Un buen procedimiento es algo mucho más simple:
una secuencia clara que reduce fricción y elimina decisiones innecesarias
Su función no es decirle a alguien cómo pensar.
Es evitar que tenga que pensar en lo que no aporta valor.
Cuando los procedimientos están bien diseñados:
el trabajo fluye
los errores se detectan antes
los tiempos se estabilizan
la calidad deja de depender de la persona concreta
Y aquí viene lo importante:
eso solo funciona si el procedimiento se diseña desde la realidad del equipo, no desde un despacho.
El error habitual: imponer procesos sin entender a las personas
Muchas empresas fallan aquí.
Detectan un problema y reaccionan así:
“hay que corregir esto”
“hay que estandarizar”
“hay que imponer un método”
Y lo hacen sin parar a entender cómo trabaja cada persona.
El resultado suele ser:
rechazo
atajos
procedimientos que existen en teoría, pero no en la práctica
Un procedimiento que no encaja con la forma real de trabajar del equipo está muerto antes de empezar.
Un caso real: menos ruido, más sistema
En una startup con varios departamentos operativos, el problema era claro:
el tiempo medio para completar tareas clave era demasiado alto y, sobre todo, muy irregular.
Había gente rápida.
Había gente lenta.
Había errores puntuales que obligaban a rehacer trabajo.
La reacción típica habría sido:
cambiar personas
exigir más velocidad
“apretar” al equipo
No se hizo nada de eso.
Lo primero que se hizo fue medir.
Paso 1: datos antes que opiniones
Se analizaron los datos reales:
tiempo por tarea
puntos donde se detenía el flujo
pasos repetidos
validaciones innecesarias
dependencias entre personas
Nada de suposiciones.
Nada de “yo creo que”.
Solo una pregunta:
¿Qué está pasando exactamente, paso a paso?
Ese análisis ya reveló algo importante:
el problema no estaba en un punto concreto, sino en micro-ineficiencias acumuladas.
Paso 2: hablar con cada persona (sin juzgar)
Aquí viene la parte clave, y la más ignorada en muchos equipos.
Se habló uno a uno con cada persona involucrada en esas tareas.
No para corregirla.
No para decirle cómo debería hacerlo.
No para imponer una forma “mejor”.
Solo para entender:
cómo veía su trabajo
por qué hacía las cosas en ese orden
qué consideraba importante
qué le generaba fricción
qué cosas hacía “por si acaso”
Muchas veces, lo que desde fuera parecía ineficiente tenía una lógica interna muy clara.
Y eso es fundamental:
si no entiendes la lógica de la persona, no puedes diseñar un sistema que funcione para ella
Paso 3: unir datos + visión de las personas
Aquí es donde ocurre el verdadero trabajo.
Con los datos y con la información cualitativa del equipo, se empezó a diseñar el sistema.
No para cambiar cómo trabajaba la gente,
sino para alinear el sistema con cómo trabaja la gente cuando está en su mejor versión.
Se definió un A-B-C claro:
qué se hace primero
qué se valida después
qué nunca se salta
qué no hace falta revisar dos veces
Se eliminaron pasos redundantes.
Se aclararon responsabilidades.
Se redujeron decisiones innecesarias.
Nada sofisticado.
Nada complejo.
Solo orden.
El resultado: menos dependencia, más fiabilidad
Después de implementar los procedimientos:
el tiempo medio por tarea se redujo un 32 %
la variabilidad entre personas cayó de forma drástica
los errores dejaron de aparecer “al final”
el equipo necesitó menos supervisión
Pero lo más importante no fue la cifra.
Lo importante fue esto:
el sistema empezó a sostener al equipo, no al revés
Cuando alguien faltaba, el trabajo seguía.
Cuando entraba alguien nuevo, aprendía rápido.
Cuando surgía un problema, era fácil localizar dónde.
El sistema no era perfecto.
Pero era robusto.
Procedimientos como engranajes, no como cadenas
Un buen procedimiento no aprieta.
Encaja.
Funciona como un engranaje:
cada pieza sabe qué hace
cada movimiento tiene sentido
el conjunto fluye sin fricción constante
Cuando los procedimientos se diseñan así:
las personas trabajan mejor
la autonomía aumenta
la empresa puede crecer sin desorden
Y esto conecta directamente con lo de ayer:
simplificar el sistema no es hacerlo débil, es hacerlo más resistente.
Una pregunta para hoy
Si miras tu equipo ahora mismo, pregúntate con honestidad:
¿qué tareas dependen demasiado de personas concretas?
¿qué cosas solo funcionan “porque alguien se encarga”?
¿qué errores se repiten sin que nadie sepa exactamente por qué?
Ahí no falta talento.
Ahí falta sistema.
Escalar no va de hacer más cosas.
Va de hacer las mismas cosas mejor, de forma consistente.
Los procedimientos no son burocracia cuando:
nacen de datos
respetan a las personas
eliminan fricción real
Son la diferencia entre un equipo que aguanta y un sistema que crece.
Mañana puedes contratar a más gente.
Pero si hoy no ordenas el trabajo, solo estarás escalando el caos.
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Gracias por leer
Alek.


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