- The Startup Eye
- Posts
- 🦄 Sam Altman tiene razón: vas lento
🦄 Sam Altman tiene razón: vas lento
La velocidad no es correr: es aprender antes que tu competencia
A las 23:47, alguien en tu competencia pulsa “deploy”.
A las 09:12, tú abres el calendario y ves: “Sync roadmap”, “Revisión OKRs”, “Reunión de alineamiento”.
Los dos creéis que estáis construyendo la misma empresa.
Solo uno está aprendiendo más rápido que el otro.
Sam Altman lo resume con una frase que suena simple hasta que te golpea de verdad: “La velocidad es la ventaja competitiva más infravalorada.”
No es postureo de “vamos a tope”. Es una observación quirúrgica de cómo se gana en startups.
Porque casi todos los equipos se describen como “rápidos”.
Y, aun así, tardan dos semanas en decidir algo que podrían decidir hoy.
No van lentos por vagos. Van lentos por normales.
Y lo normal, en un mercado vivo, es una desventaja.
La velocidad real no se nota en lo ocupado que estás.
Se nota en lo rápido que conviertes incertidumbre en certeza.
Se nota en cuántas veces aprendes por unidad de tiempo.
Se nota en si tu semana termina con algo en producción o con otra ronda de opiniones.

Patrocinador de hoy:
Gracias a este patrocinio, podemos seguir enviándote contenido gratuito cada día.
Solo con hacer clic aquí ya estás apoyando muchísimo a The Startup Eye.
No tienes que pagar nada. Solo haces CLIC y listo.
Effortless Tutorial Video Creation with Guidde
Transform your team’s static training materials into dynamic, engaging video guides with Guidde.
Here’s what you’ll love about Guidde:
1️⃣ Easy to Create: Turn PDFs or manuals into stunning video tutorials with a single click.
2️⃣ Easy to Update: Update video content in seconds to keep your training materials relevant.
3️⃣ Easy to Localize: Generate multilingual guides to ensure accessibility for global teams.
Empower your teammates with interactive learning.
And the best part? The browser extension is 100% free.

Pilar 1: La velocidad = aprendizaje acumulado
La mayoría confunde velocidad con “hacer muchas cosas”.
Velocidad es otra cosa: aumentar tu tasa de aprendizaje.
Si dos startups tienen el mismo talento, el mismo mercado y el mismo capital, gana la que aprende antes.
No por “trabajar más”, sino por acumular conocimiento como si fuera interés compuesto.
El truco es que ese aprendizaje no es lineal. Se apila.
Aprendes hoy lo que te permite decidir mejor mañana.
Decides mejor mañana lo que te permite construir mejor pasado mañana.
Y, de repente, tres meses después, parece que tu producto “simplemente encajó”.
Piensa en un SaaS B2B.
La diferencia entre crecer y estancarte suele estar en algo aburrido: onboarding, pricing, activación, churn.
Si haces un experimento de pricing al mes, tu empresa aprende doce veces al año.
Si haces cuatro experimentos a la semana, aprendes doscientas veces al año. No es una metáfora. Es matemáticas de supervivencia.
En un marketplace, la velocidad se ve aún más clara.
El problema no es “conseguir más oferta” o “conseguir más demanda”. El problema es descubrir qué palanca mueve de verdad el equilibrio.
Un equipo lento discute semanas si subsidiar, si cambiar comisiones, si abrir una nueva ciudad, si rediseñar el flujo.
Un equipo rápido prueba: una campaña, un incentivo, un cambio de matching, un ajuste de verificación. En días.
Y, sobre todo, mide con disciplina.
No porque ame los dashboards. Porque odia adivinar.
En IA, la velocidad es literalmente el producto.
Los modelos cambian, los costes cambian, los límites cambian.
La startup que lanza una versión imperfecta y aprende con usuarios reales construye un sistema que mejora cada semana.
La que “espera a tenerlo bien” lanza tarde… y descubre que el mercado ya se movió sin ella.
La velocidad no te hace invencible por ir deprisa.
Te hace invencible porque te vuelve más listo antes.
Pilar 2: Eliminar burocracia desde el día 1
Aquí es donde muchos se engañan.
Creen que la burocracia llega cuando eres grande.
Error: la burocracia llega cuando normalizas decidir tarde.
Las reuniones no son el enemigo. La fricción inútil sí.
Si tu operación necesita tres reuniones para desbloquear un cambio de copy, no tienes un problema de copy: tienes un problema de sistema.
Altman sería brutal con esto:
“Si tardas dos semanas en hacer algo que podrías hacer hoy, ya has perdido.”
¿Y cómo se pierde? Con micro-retardos.
Un “lo vemos en el sync”.
Un “hagamos un doc”.
Un “necesito el visto bueno”.
Un “esperemos al sprint siguiente”.
Cada uno parece pequeño. Juntos, matan el ritmo.
Los equipos realmente rápidos suelen tener tres reglas no escritas:
Reuniones cortas y con dueño.
Si no hay decisión o bloqueo real, no existe.
Decisiones en minutos, no en días.
No porque acierten siempre, sino porque corrigen rápido.
Ciclos de producto de horas o pocos días.
La pregunta no es “¿cuándo está perfecto?”. Es “¿cuándo está suficientemente vivo como para enseñarlo y aprender?”.
Un ejemplo concreto de cuello de botella típico: el “comité de producto” disfrazado de buena práctica.
Muchas startups empiezan con buena intención: “alineemos para evitar errores”.
Lo que ocurre es que nadie se atreve a decidir, así que todos opinan. Y como todos opinan, nadie es responsable.
Cuando una startup rompe esto, suele hacerlo así: asigna un DRI (Directly Responsible Individual) por decisión.
Una persona decide. Las demás aportan contexto.
Si sale mal, no hay caza de brujas: hay aprendizaje y ajuste.
Este cambio parece cultural, pero en realidad es operativo.
Convierte tu empresa de “consenso lento” a “acción medible”.
Pilar 3: Las startups mueren por lentitud, no por falta de dinero
La falta de dinero es el titular.
La lentitud es la causa.
La lentitud te roba cinco cosas sin avisar.
Primero, momentum.
Tu equipo deja de sentir progreso. Y sin progreso, empiezan las conversaciones peligrosas: “¿esto funciona?”, “¿y si cambiamos todo?”, “¿y si esperamos a…?”.
Luego, narrativa.
La narrativa no es marketing. Es la historia que el mercado repite sobre ti.
Si no lanzas, no hay historia. Si no hay historia, no existes.
Después, usuarios.
No porque te odien, sino porque se acostumbran a no esperarte.
Y cuando por fin llegas, ya han creado hábitos con otro.
Siguiente, talento.
Los buenos no se van por el sueldo. Se van porque huelen parálisis.
La gente top quiere estar donde las decisiones se toman y las cosas se mueven.
Y por último, capital.
El capital persigue señales.
Una startup lenta emite una señal clara: incertidumbre interna.
Y en cuanto el mercado percibe eso, tu ronda se encarece, se retrasa o se evapora.
Si quieres una imagen mental, piensa en lo que le pasó a productos sociales como Clubhouse: un pico de atención brutal y una ventana corta.
En esa ventana, el mundo decide quién merece un hueco en su vida diaria.
Si tardas demasiado en consolidar loops, mejorar onboarding, abrir acceso, reforzar creadores, pulir retención… el mercado no espera. Copia. Integra. Absorbe. Se mueve.
No necesitas que te ataquen. Basta con que el tiempo te pase por encima.
Pilar 4: La cultura marca la velocidad
Aquí viene la parte incómoda: la velocidad no se implementa con un Trello más bonito.
Se implementa con cultura. Y cultura no es “valores en la pared”.
Cultura es lo que toleras. Lo que celebras. Lo que castigas con silencio.
Importante: cultura de urgencia no es cultura de estrés.
Urgencia es claridad. Prioridad. Ritmo.
Estrés es caos. Interrupción. Ambigüedad.
La frase que separa a los equipos peligrosos de los equipos decorativos es esta:
“Lanzar tarde es más peligroso que lanzar imperfecto.”
Sí, lo sé. Después del artículo sobre lanzamientos lentos, esto suena casi como una pulla. La ironía es que el “lento” rara vez es “cuidadoso”. Normalmente es “miedoso”.
¿Cómo construyes una cultura rápida sin quemar a la gente?
Shipping temprano como norma.
No “cuando esté”. “Cuando enseñe algo”.
Un envío pequeño en producción vale más que diez debates brillantes.
Feedback loops cortos y reales.
No encuestas eternas. Señales concretas: activación, uso recurrente, tickets, objeciones, cancelaciones.
El mercado habla cada día. La pregunta es si le escuchas esa semana o dentro de un trimestre.
Responsabilidad radical.
Si algo se atasca, no preguntas “¿quién lo tiene?”.
Preguntas “¿quién lo decide?”.
Y esa persona tiene autoridad y obligación de cerrar el tema.
Default to action.
Ante incertidumbre, no hacemos teatro intelectual.
Elegimos la acción más pequeña que nos da información nueva.
Porque la información es poder. Y el poder, en startups, se mide en tiempo.
Esto no es “trabajar más”. Es reducir el coste de decidir y aprender.
Es construir una máquina que convierte dudas en datos y datos en producto.
Resumen
Si solo te quedas con una idea, que sea esta:
Tu competencia no te gana porque sea más lista. Te gana porque aprende antes.
Hoy, no mañana: elige una decisión que llevas posponiendo dos semanas.
Nómbrale un dueño.
Define el experimento mínimo.
Envíalo. Mide. Ajusta.
La velocidad no es correr.
La velocidad es no darte permiso para seguir sin saber.
Comparte The Startup Eye para acceder a contenido exclusivo
Actualmente tienes 0 referidos, solo te quedan 1 para conseguir acceso a las Herramientas TOP.
O copia y pega este enlace a otros: https://thestartupeye.com/subscribe?ref=PLACEHOLDER
Gracias por leer
Alek.


Reply